Grabaciones de
discos CD
No cabe duda que las grabadoras de discos compactos,
los conocidos CD, son cada día más populares, y están desplazando a otro tipo
de aparatos alternativos para el almacenamiento de datos y la realización de
copias de seguridad, como las unidades ZIP de Iomega, las unidades de cinta o
las grabadoras magneto-ópticas. Sin embargo, la grabación de discos presenta
algunas complejidades y problemas, debido a la variedad de formatos lógicos que
existen y a las limitaciones técnicas de los propios aparatos. Así, modelos de
grabadoras de hace sólo un par de años pueden tener problemas para utilizar el
software más moderno. Además, a veces se presentan problemas de compatibilidad
entre la forma en la que se graban los discos y su posterior lectura por parte
de algunos lectores de CD-ROM, sobre todo si son aparatos algo antiguos. Un
ejemplo claro es lo que ocurre con los CD regrabables. Este tipo de discos sólo
se pueden utilizar con los lectores de CD más modernos, ya sean de ordenador o
integrados en equipos de audio.
Requisitos del ordenador
Normalmente los distintos fabricantes de grabadoras
indican los requisitos mínimos que debe tener un ordenador para poder utilizar
sin problemas una grabadora de CD. En líneas generales, más que un
microprocesador muy potente, lo que hace falta es contar con una buena cantidad
de memoria RAM y discos duros rápidos, sean IDE o SCSI con suficiente espacio
libre.
Qué grabadora comprar
La primera cuestión que se plantea un usuario informático
a la hora de introducirse en el mundo de la grabación de discos compactos es qué
tipo y modelo de aparato grabador comprar. En el mercado local no suele haber
mucho donde escoger y, al final, en todos los comercios se ven más o menos los
mismos aparatos. En este tema hay que estar bien informados, ya que no es raro
encontrarse modelos desfasados junto con equipos modernos. Para saber las últimas
novedades, lo mejor es visitar las páginas Web de los fabricantes en Internet,
(aunque la mayoría están en inglés), o bien, leer algunas revistas informáticas
de prestigio. En este último caso, y al margen de artículos sobre este tema
que se publican de vez en cuando, es importante mirar en la publicidad de las
empresas que se anuncian en estas revistas, ya que a través de ella se puede
detectar cuando comienzan a comercializarse en España los últimos modelos de
grabadoras que han salido al mercado.
Las características técnicas de las grabadoras son
importantes a la hora de elegir un producto. Una primera decisión a tomar es si
queremos un aparato grabador o queremos una regrabadora. En el primer caso, sólo
podemos utilizar discos grabables una única vez, (los CD-R). Estos discos no se
pueden borrar, pero presentan la ventaja de que son baratos y se pueden leer en
cualquier lector de CD o DVD. En el caso de las regrabadoras, aparte de utilizar
los CD-R, pueden utilizar discos regrabables, (CD-RW). Estos discos se pueden
borrar y volver a grabar hasta unas 1.000 veces. Como desventaja, sólo los
pueden leer las unidades lectoras de CD o DVD más modernas y su precio es
elevado.
Al margen de lo anterior, el parámetro más
publicitado en el mundo de las grabadoras y regrabadoras es el de la velocidad
de grabación, regrabación y lectura. Este dato se indica con dos o tres números
seguidos de una X, (al estilo de los lectores de CD) y se entiende que el número
mayor suele ser la velocidad de lectura. Los números indican múltiplos de la
velocidad original de lectura de los primeros CD-ROM que aparecieron en los años
80, y que es de 150 Kbytes por segundo. Por lo tanto, sin un aparato dice que
graba a 2X, quiere decir que puede grabar, más o menos, unos 300 Kbytes de
datos por segundo. Por ejemplo, hasta hace unos pocos meses, lo habitual era que
las regrabadoras fueran 2X2X6, es decir que graban y regraban a doble velocidad,
(unos 300 Kbytes por segundo) y leen datos a 6X (unos 900 Kbytes por segundo).
Sin embargo, hoy en día ya hay aparatos con el indicativo 2X4X24 y cifras
mayores, lo que supone una reducción notable en los tiempos de grabación y
lectura y un incremento en el rendimiento y productividad de los equipos.
Otro aspecto técnico a considerar es el tipo de conexión
del aparato a la hora de transferir los datos. Puede ser interno IDE o SCSI, o
bien externo, conectable al puerto de impresora. Las grabadoras y regrabadoras
IDE son relativamente recientes y son las más asequibles. Su conexión es
sencilla, como si fueran un disco duro más (tipo IDE, que son los que se
utilizan en la mayoría de los ordenadores domésticos, por su bajo coste y
aceptables prestaciones). Sin embargo, no están indicadas en ordenadores de
empresa o profesionales con una gran carga de trabajo. Para estos casos, se
recomiendan aparatos SCSI. Ahora bien, hay que tener en cuenta que hace falta
contar con una buena controladora SCSI (tarjeta que gestiona el flujo de
información y controla los dispositivos SCSI conectados) y es muy aconsejable
utilizar discos duros SCSI. También hay que considerar que la configuración de
dispositivos SCSI siempre es más problemática que sus equivalentes IDE, por no
hablar del coste, muy superior. Sin embargo, el rendimiento y seguridad de
funcionamiento en determinados entornos de trabajo justifican con creces estas
desventajas.
Por último, en el apartado de conexiones nos quedaría
considerar a las unidades externas que se conectan al puerto paralelo. Este tipo
de aparatos son válidos para el caso de querer utilizar un portátil o tener
una grabadora para utilizase en diferentes ordenadores. Necesitan que el
ordenador tenga un puerto de impresora EPP o ECP, cosa que tienen todos los
ordenadores que se venden desde hace tres o cuatro años. Su velocidad de
grabación no supera la doble velocidad, es decir unos 600 Kbytes. El problema
de estos dispositivos que se conectan al puerto de impresora es que suelen
mostrar incompatibilidades con otros aparatos que también utilizan ese puerto,
como cámaras web, escáners o determinados modelos de impresora. Antes de
comprar, es conveniente averiguar primero si existen este tipo de problemas con
algún aparato que se tenga ya instalado.
Aspectos más secundarios pero que también tienen su
importancia son aquellos que hacen referencia a la cantidad de memoria
intermedia o "bufer" que tiene el aparato en cuestión. Lo habitual es
que sea 1 Mbyte, pero hay unos pocos aparatos con 2 Mbytes. Este tipo de memoria
ayuda a amortiguar las variaciones que se producen en el flujo de información
entre el ordenador y la grabadora cuando está funcionado. Hay que tener en
cuenta que este flujo de información no se puede interrumpir cuando se está
grabando un CD, o en caso contrario, se puede perder el disco. Por eso, cuanta más
cantidad me memoria intermedia tiene una grabadora, mejor.Por último, es importante comprobar qué soporte y
servicio posventa tiene el aparato en cuestión, algo fundamental en caso de
avería o problemas de configuración y utilización.
Casi todas las grabadoras se comercializan con
"drivers" y programas para realizar grabaciones de CD. En este terreno
hay pocas opciones. La mayoría de las grabadoras de marcas de prestigio vienen
equipadas con el programa Easy CD Creator, de Adaptec, que es uno de los más
completos que existen en estos momentos. Permite grabar en muchos formatos lógicos
y es muy fácil de usar. Junto a este programa viene otro, el Adaptec DirectCD,
que es un programa complementario a otros programas de grabación. Su principal
virtud es que permite utilizar los discos grabables como si fueran una unidad de
disco duro o disquete. Los CD grabados con DirectCD presentan el inconveniente
que no se pueden leer con viejos lectores de CD-ROM o lectores económicos, tan
habituales en los ordenadores de oferta. Esto es así porque DirectCD utiliza un
nuevo formato de archivos, conocido como UDF, o Formato de Disco Universal, que
no es "entendido" por algunos lectores de CD-ROM.
Hay otros programas de grabación en el mercado, pero
no son tan fáciles de utilizar. De todas formas, sea cual sea la grabadora y el
programa usado, se debe tener en cuenta que el proceso de grabación requiere
muchos recursos del ordenador y es una tarea delicada. Los expertos recomiendan
no perturbar este proceso trabajando con otros programas o porque se activen
tareas programadas o programas de forma automática. Un ejemplo de esto último
son los conocidos salvapantallas, los antivirus, las utilidades de mantenimiento
del disco duro, las conexiones a Internet, etcétera. Si esto sucede, tiene
muchos boletos para que el proceso de grabación se detenga y pierda el CD-R o
la grabación en el CD-RW. Otro consejo es que no se apure hasta el máximo la
capacidad de almacenamiento del CD-R, o es posible que el programa de grabación
no tenga el espacio libre necesario para colocar el directorio de archivos. En
el caso de grabadoras SCSI, es recomendable apagar o no utilizar otros
dispositivos SCSI que pudieran estar presentes en el ordenador, como un escáner
o una unidad ZIP.
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